Cartagena Festival de Música celebra 20 años
En enero de 2026, el Cartagena Festival de Música celebrará dos décadas de vida cultural con una edición muy especial que tendrá lugar del 4 al 12 de enero en el corralito de piedra. Un hito que invita a mirar hacia atrás, a los orígenes de un proyecto que comenzó como un sueño ambicioso y que, gracias a una visión clara y una labor incansable, se ha consolidado como uno de los referentes musicales más importantes de América Latina.
El festival nació gracias al impulso visionario de Víctor Salvi —legendario lutier y mecenas— y de Julia Salvi, cuya pasión y compromiso con la música clásica hicieron posible la creación de este espacio único. Su legado se refleja hoy no solo en la continuidad del festival, sino también en el posicionamiento de programas surgidos a partir de este, como la Orquesta Sinfónica de Cartagena, la labor consolidada en el campo de la lutería, y la proyección internacional de jóvenes talentos colombianos que encontraron en este escenario una plataforma de crecimiento.
Los orígenes
Con la convicción de que Cartagena podría ser un escenario ideal para un festival único, Julia y Víctor Salvi convocaron al maestro Charles Wadsworth para que ideara una propuesta artística de calidad, acorde al lugar donde se llevaría a cabo. Con más de cincuenta años de experiencia en la creación de festivales internacionales, Wadsworth asumió la dirección artística del recién nacido Cartagena Festival de Música. Inspirado por sus anteriores trabajos en el Spoleto Festival (Italia y EE. UU.) y en el Lincoln Center, aplicó una fórmula probada: selección rigurosa de repertorios, uso de espacios patrimoniales únicos, y una programación que equilibrara tradición y vanguardia. Desde el primer día, el festival se diseñó con estándares internacionales, ganando credibilidad y prestigio dentro y fuera del país.
Pero el legado de Wadsworth no se limita a la excelencia artística. Su apuesta por integrar formación y conciertos —a través de clases magistrales, talleres y encuentros entre músicos jóvenes y consagrados— dio al festival una dimensión pedagógica que aún hoy perdura, convirtiéndose en sello distintivo del evento.
Un modelo curatorial e internacional: conexión con el público y redes globales
Desde 2013, y bajo la dirección general de Antonio Miscenà, el festival ha evolucionado hacia un modelo temático curado con profundidad y coherencia, donde cada edición explora una línea conceptual específica, abordada desde una perspectiva musical e histórica original. La participación de artistas representativos y expertos internacionales, junto con una estrategia sólida de formación y sensibilización de públicos, ha permitido que el festival crezca y se consolide como un referente global y una cita obligada en el calendario internacional de la música clásica.
El éxito de esta evolución —y del festival en general— se basa en una concepción equilibrada de contenidos y temas que, por un lado, enfoca obras paradigmáticas de distintos periodos de la historia de la música, y por otro, resulta atractiva y de impacto inmediato para un público amplio. Esta combinación requiere una planeación rigurosa, que se ha convertido en una de las señas de identidad del modelo curatorial del festival. Las actividades colaterales —desde conferencias hasta experiencias formativas— refuerzan esta estructura.
Además, Miscenà ha impulsado una internacionalización estratégica, basada en alianzas institucionales, técnicas y artísticas con entidades de primer nivel. Entre ellas destacan las colaboraciones con el Festival de los Dos Mundos de Spoleto, la Philharmonia Orchestra de Londres, el Teatro Comunale de Bologna, la Escuela Internacional de Lutería Antonio Stradivari de Cremona, la Escuela Giovanni Battista Martini de Bolonia, entre otras, que han dado lugar a coproducciones, intercambios, muestras, conciertos líricos y oportunidades de estudio y proyección para músicos colombianos en Europa.
En el plano institucional, cabe mencionar la colaboración con el Instituto y el Ministerio de Cultura Francés en ocasión de la temporada cruzada Colombia-Francia, donde el festival fue la manifestación de abertura de la temporada, Embajada y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, en el marco de la celebración de los 160 años de relaciones diplomáticas entre Italia y Colombia, que hizo posible la producción de El barbero de Sevilla de Rossini en Cartagena.
Un corredor de grandes artistas y proyectos
Durante estos 20 años, Cartagena y Colombia han sido testigos de montajes inolvidables. Desde las históricas presentaciones de Jordi Savall y Hespèrion XXI, pasando por la conmovedora Misa en si menor de Bach con Jéssica Rivera o la innovadora Pasión según San Marcos de Osvaldo Golijov, hasta producciones operísticas como Las bodas de Fígaro y Così fan tutte, presentadas en alianza con el Festival de Spoleto. También destacan momentos como el ciclo completo de las sinfonías de Schubert interpretado por la Camerata de la Royal Concertgebouw, o la propuesta Música del universo de la Philharmonia de Londres. El Cartagena Festival de Música ha apostado con firmeza por ofrecer al país y a la región experiencias artísticas únicas y de la más alta calidad.
Han participado orquestas como la Orpheus Chamber Orchestra, la Mahler Chamber Orchestra, Philharmonia Orchestra, Orquesta de Cámara de Salzburgo, Les Siècles, Concertgebouw y la Orquesta de Castilla y León; ensambles de cámara como el Cuarteto Borodin, Cuarteto Casals, Cuarteto Shanghai, St. Lawrence, Cuarteto Balanescu, Trío Arbós y Cuarteto Oistrakh. También han pasado por Cartagena figuras como Jordi Savall, Salvatore Accardo, Rinaldo Alessandrini, Nelson Freire, Maxim Vengerov, Theodor Currentzis, Rudolph Buchbinder, Javier Camarena, Angela Hewitt, Mario Brunello, Anne Akiko Meyers, Alisa Weilerstein o Avi Avital.
Compromiso con la formación y el desarrollo cultural
Desde su creación, el festival ha hecho de la formación musical y la sensibilización de públicos una parte esencial de su misión. Los artistas invitados han compartido su experiencia con estudiantes y docentes de todo el país a través de clases magistrales, talleres y encuentros pedagógicos. En paralelo, el festival ha mantenido una labor continua en lutería, con clínicas especializadas y programas que han conectado a jóvenes colombianos con la tradición italiana de Cremona; y una serie de conferencias abiertas al público que permiten entender a profundidad los repertorios escogidos para cada festival.
Esta línea educativa se ha consolidado con dos iniciativas clave: el Diplomado de Música de Cámara, en convenio con la Escuela Giovanni Battista Martini y Unibac; y el Seminario Internacional de Lutería, desarrollado junto a la Escuela Antonio Stradivari de Cremona y el Conservatorio del Tolima.
Un impacto profundo en Cartagena y en Colombia
El Cartagena Festival de Música está profundamente arraigado en el tejido cultural y social de la ciudad. Sus efectos trascienden los días del evento: fomenta el turismo cultural de calidad, valora el patrimonio histórico-artístico, y colabora activamente con instituciones locales como la Universidad de Cartagena, el Conservatorio Adolfo Mejía de Unibac, y diversos actores del ámbito educativo y comunitario. Participa de manera continua en la vida cultural de la ciudad, ofreciendo conciertos, iniciativas y oportunidades para jóvenes músicos locales.
A nivel nacional, el festival es un verdadero referente de la música clásica en Colombia. No solo ha visibilizado a intérpretes colombianos, sino también ha difundido el repertorio de compositores nacionales, integrando sus obras en una programación de calidad internacional. Es una vitrina para el talento del país, una fuente de oportunidades y un puente hacia el mundo para los músicos colombianos.
La importancia del festival fue reconocida oficialmente en 2023, cuando el Congreso de la República de Colombia aprobó la Ley 2340, que lo declara Patrimonio Cultural de la Nación, reafirmando su valor cultural, educativo y artístico para las generaciones presentes y futuras.