“El balance de esta edición es positivo, hemos tenido una gran participación de público, casi todos los conciertos se llenaron. Las presentaciones artísticas fueron excepcionales y todos los repertorios fueron interpretados de manera original. Después de la pandemia, hemos empezado a recuperar todo el formato tradicional del festival y creo que esta edición es un paso adelante hacia la normalidad”, aseguró Antonio Miscenà, director general del Cartagena Festival de Música.

Partiendo del barroco, con las Cuatro estaciones de Antonio Vivaldi, pasando por el romanticismo y el clasicismo, con obras como la famosa Sinfonía «Pastoral» de Beethoven, y llegando al modernismo, con Claude Debussy y Jean Sibelius, esta edición del Cartagena Festival de Música combinó recitales para formatos con conciertos para formaciones sinfónicas.

La ‘Sinfonía de la Naturaleza’ erigió un panorama musical en el que sobresalieron intérpretes como el Ensamble Allegria, orquesta residente de esta edición; la violinista Eldbjörg Hemsing, el pianista Georgy Tchaidze y el violinista Nikita Boriso-Glebsky.

Entre los invitados nacionales se destacaron artistas y grupos que han desarrollado una especial relación con el público del Cartagena Festival de Música, como el violonchelista Santiago Cañón-Valencia, la soprano Julieth Lozano, la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la Orquesta Sinfónica de Cartagena

“Antes que todo, destacaría a la orquesta residente, el Ensamble Allegria, que ha hecho un programa difícil, complejo y largo. Fueron seis conciertos diferentes con autores clásicos, del norte de Europa y de diferentes periodos históricos, que la orquesta interpretó magistralmente”, añadió Miscenà.

El director general del Festival también destacó las presentaciones de los pianistas Olli Mustonen, de Finlandia, y Peter Jablonski, de Suecia, y la mezzosoprano Marianne Beate Kielland.

El XVIII Cartagena Festival de Música tuvo como escenarios principales el Teatro Adolfo Mejía, las capillas de los hoteles Sofitel Legend Santa Clara y Charleston Santa Teresa, el Auditorio del Palacio de la Proclamación y el Auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones. Además, se realizaron proyecciones en pantalla gigante en el Parque Lineal del barrio Crespo y en la fachada del hotel Santa Clara.

LOS PROTAGONISTAS COLOMBIANOS

Gracias a la propuesta curatorial de la ‘Sinfonía de la Naturaleza’, nació un fascinante contrapunto musical en el que la brisa del Caribe y el susurro de las corrientes de aire de las montañas andinas danzaron con las melodías del folclor noruego y los ecos de la imponente naturaleza escandinava.

Más allá de la programación internacional, a la que estuvieron dedicados los primeros siete días del Festival, las composiciones y los artistas colombianos fueron los protagonistas de los últimos dos días de esta edición. El ciclo de seis conciertos dedicados a obras de autores como Antonio María Valencia, Adolfo Mejía, Guillermo Uribe Holguín y Jorge Pinzón inició con un emotivo homenaje al caleño Luis Carlos Figueroa, que cumplió cien años en octubre pasado.

El tributo, en el que la soprano Julieth Lozano y el pianista Alejandro Roca interpretaron el ciclo de canciones que Figueroa compuso para piano y voz, contó la presencia entre los espectadores de la hija del maestro caleño, Luz Gloria Figueroa.

“Hemos propuesto un repertorio de artistas colombianos con un óptimo nivel de ejecución; algunas obras que se han interpretado poco en vivo, como los dos quintetos de Uribe Holguín. También resaltó las canciones de Figueroa y los tríos de Uribe Holguín. Me parece que aquí hemos hecho un trabajo en profundidad con los artistas colombianos, que va más allá de los conciertos”, aseguró Antonio Miscenà

LUTERÍA, DIPLOMADO Y MÁS
ACTIVIDADES FORMATIVAS

La ‘Sinfonía de la Naturaleza’ no sólo estuvo dedicada a los conciertos, sino que tuvo una parte académica que incluyó el Diplomado de música de cámara con énfasis en cuerda, viento, piano acompañante y canto, en el que participaron cerca de 80 músicos y estudiantes de ciudades como Ibagué, Pereira, Bogotá, Cali y Cartagena.

Esta es la segunda ocasión en la que se realiza este programa, que nació gracias a una alianza entre la Fundación Salvi, la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar (Unibac) y el Conservatorio di Musica “G. B. Martini” de Bolonia (Italia).

A lo anterior se sumaron las clínicas de lutería, un clásico del Cartagena Festival de Música, y el Seminario Internacional de Lutería, en el que estudiantes del Conservatorio del Tolima recibieron clases de maestros italianos del Istituto d’Istruzione Superiore Antonio Stradivari de Cremona.

Estas actividades, que han contado con el apoyo de la Embajada de Italia en Colombia y del Instituto Italiano de Cultura de Bogotá, refuerzan el vínculo que ha generado el Festival con las instituciones académicas y artísticas de este país europeo.

El Festival incluso contó con la presencia del Embajador de Italia en Colombia, Giancarlo Maria Curcio, quien asistió a la inauguración de la exposición ‘Lutería clásica en Colombia’, compuesta por quince violines construidos por lutieres colombianos.

Además, como ya es tradición del Festival, se realizó un ciclo de conciertos-conferencias dictado por el musicólogo italiano Giovanni Bietti, quien en sus charlas, acompañadas de su piano, continuó con su labor de formación de público. Los últimos dos días, el encargado de estas conferencias fue Jaime Monsalve, jefe musical de Radio Nacional, quien estuvo acompañado de los pianistas Mauricio Arias-Esguerra (12 de enero) y Andrés Roa (13 de enero).

En sus charlas, Monsalve explicó la génesis y el contexto histórico de algunas de las obras más famosas de la música culta colombiana, como los quintetos para piano de Guillermo Uribe Holguín y la Sonatina boyacenses de Antonio María Valencia

CIFRAS DEL XVIII
CARTAGENA FESTIVAL DE MÚSICA